Autor: Agatha Christie
Ver valor aproximado del ejemplar
El prestigioso investigador Hércules Poirot regresa de Siria donde ha tenido que atender algunos asuntos. Tiene pensado hacer parada unos días en Estambul, pero al llegar al hotel tiene un telegrama que le invita a volver enseguida hacia Londres, así que se ve obligado a retomar el camino comprando un pasaje en el Orient Express.
Lo que no se espera es que a bordo de este tren se cometerá un asesinato, precisamente de un pasajero que le pide protección la noche antes de morir. El tren ha quedado parado en medio de los Balcanes debido a la nieve, y en este escenario Poirot aceptará la investigación del crimen, interrogará a los muy variados pasajeros sospechosos y revisará todas las pruebas disponibles. Con su proceder característico y su puntito de orgullo, pocas cosas escapan a su ojo y en sus oídos.
¿Quién será el asesino del adinerado señor, Ratchett y qué motivos tenía para cometer el crimen? Dicho de otro modo, quien ha tenido la mala suerte de compartir trayecto con en Poirot?
Asesinato en el Orient Express, mi opinión.
Se trata de uno de los libros más conocidos de Agatha Christie, también porque se hizo una película bastante conseguida. Poco nuevo se puede decir del estilo de la autora y de la mecánica de sus libros, se basan en interrogatorios y deducciones por parte de sus investigadores protagonistas, que ven cosas que nadie más es capaz de ver, y suelen quedar patentes porque siempre los acompaña de algún secundario que no ve tres arriba de un burro, como el propio lector, por otra parte. En Oriente Express, hay un buen grupo de sospechosos y todos parecen tener coartada y disculpa, las pistas parecen falsas y no se sabe de dónde salen. Pero Poirot es muy Poirot.No se puede decir que sean un gran libro, ninguna obra maestra, pero es un librito que entretiene y el argumento, como el de todos los libros de la autora, tiene puntos originales. A pesar de los rasgos diferenciales, el estilo es tan similar entre libros que acaban pareciendo lo mismo. En este caso la historia es envuelta hasta el punto de perderte, pero Poirot siempre sabe donde está. Tiene gracia el bueno del detective, ese puntito de soberbia que demuestra de vez en cuando hace reír. Un de vez en cuando está bien, pero no podría leer dos seguidos, ahora le toca descansar por tiempo indefinido.
